miércoles, 11 de mayo de 2016

La Iglesia perseguida nº 7: Beato Mártir Franz Jagerstatter


Nº 7 por Ana Laura Campos.

BEATO MÁRTIR FRANZ JAGERSTATTER
Padre de familia

El Beato Franz Jagerstatter, fue un padre de familia que murió mártir durante la ocupación nazi de Austria.

Nació en un pequeño pueblo de Austria, fue agricultor y se casó con Franziska Schwaninger en 1936. Ella era muy devota y gracias a su influencia Franz se convirtió en el sacristán de la iglesia de su pueblo, donde comenzó a memorizar la Biblia y conocer la vida de los santos.


En 1938, los alemanes invadieron Austria en el marco de la Segunda Guerra Mundial.

La Iglesia Católica en Austria había prevenido contra el nazismo durante mucho tiempo. Los católicos en Alemania se enfrentaban a graves restricciones, les prohibían ir a Misa -excepto los domingos- incluso para las solemnidades y días festivos.

Franz Jagerstatter fue el único en todo su pueblo que rechazó y votó contra la adhesión de Austria y la Alemania nazi en 1938. Estaba consternado al ver que muchos católicos apoyaban a los nazis. Incluso un cardenal exhortó a que todas las parroquias izaran la bandera nazi en sus iglesias para el cumpleaños de Hitler.

"Difícilmente podría existir una hora más triste para la fe cristiana en nuestro país", escribió el padre de familia.

Franz sintió en ese momento que no podía llamarse a sí mismo un discípulo de Cristo si aceptaba las órdenes de un régimen al que consideraba “satánico”.


Desgraciadamente, en 1943 la necesidad de más soldados creció, y Jagerstatter fue llamado al servicio militar.

Al anunciar que no iba a luchar fue enviado a la prisión militar de Linz. "Estoy convencido de que lo mejor es decir la verdad, aunque me cueste la vida", escribió.

Amigos, familiares e incluso el obispo lo visitaron en la prisión, tratando de convencerlo para que se enliste, pero ninguno le dio un argumento convincente para que abandone sus convicciones morales y religiosas.

"Desde la muerte de Cristo, casi cada siglo ha sido testigo de la persecución de los cristianos; siempre ha habido héroes y mártires que dieron su vida -a menudo en formas horribles- por Cristo y su fe. Si esperamos llegar a nuestra meta algún día, entonces nosotros también debemos llegar a ser héroes de la fe", escribió Franz Jagerstatter.

El beato estuvo 4 meses en la misma prisión que el reconocido pastor luterano y mártir Dietrich Bonhoeffer. Además supo de un sacerdote que había sido martirizado en la misma prisión por las mismas razones que él y muchos otros.

Finalmente, fue condenado a muerte por sedición. Sus últimas palabras ante la guillotina fueron: "Estoy completamente unido en unión interior con el Señor”.

El Papa Benedicto XVI lo beatificó 50 años después de su muerte. Y a la ceremonia asistieron sus hijas, nietos y bisnietos. 

Una característica unifica las historias de todos los santos y es que Dios siempre está unido a ellos incluso en las circunstancias más difíciles.

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