La revista

Bienvenidos a la lectura del blog de la revista "Alegraos". Con él queremos ofrecer a nuestros lectores información, formación y entretenimiento; todo ello, desde una visión cristiana de la vida".

Y como seña de identidad de la revista hemos querido poner la alegría; esa alegría que es la base de la vida cristiana y sin la cual no hay santidad ya que "un santo triste, es un triste santo". La Madre Teresa de Calcuta decía que da más el que da con alegría: "Tal vez no podamos dar mucho, pero siempre podemos brindar la alegría que brota de un corazón lleno de amor (...) Si tienes alegría, ésta brillará en tus ojos y en tu aspecto, en tu conversación y en tu contento. No podrás ocultarla porque la alegría se desborda y es muy contagiosa".

Volviendo nuestra mirada a la Sagrada Escritura, encontramos muchos pasajes en los que el Señor nos llama a la alegría. El ángel Gabriel exhorta a María: "Alégrate, el Señor está contigo" (cf. Lc 1,28); los ángeles alegran a los pastores con el gruto: "¡Paz a los hombres que ama el Señor!" (cf. Lc 2,14)... Sin embargo la alegría profunda, que nace del encuentro con Dios, no se ve sujeta a los vaivenes de los disgustos o sufrimientos de este mundo, sino que los supera; es más, esas mismas tristezas pasadas por Cristo, son la fuente de la verdadera alegría: "Felices los pobres, los mansos, los puros de corazón, los que tienen hambre, los que lloran, los perseguidos (...) Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo" (cf. Mc 5, 1-12). Tanto Benedicto XVI, con ocasión de la preparación para la JMJ de Río, como el Papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelium Gaudium nº 18, nos recuerdan la exhortación de la Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses: «¡Alegraos siempre en el Señor!. Os lo repito, ¡Alegraos!» (4,4). En efecto, la alegría es un elemento central de la experiencia cristiana.

Don Bosco decía a sus muchachos "ser santos es estar alegres". Que María, la llena de gracia, nos ayude a alcanzar esa santidad.