lunes, 28 de diciembre de 2015

El origen de la fiesta de la Navidad



EL ORIGEN DE LA FIESTA DE LA NAVIDAD

Por el P. Manuel García.

Entre las fiestas que explican el misterio de Cristo, fuera del ciclo pascual tenemos las fiestas de Navidad y Epifanía. Hoy existen con dos nombres diversos: la del 25 de diciembre, Navidad y la del 6 de enero, Epifanía. La distinción y coexistencia de ellas data de finales del s. IV y principios de s. V.

En la primera mitad del s. IV las dos fiestas constituían una única celebración de la Encarnación del Verbo: mientras este misterio se celebraba en Oriente el 6 de enero con el nombre de "Epifanía", en Occidente el Natalis Domini era celebrado era el 25 de diciembre. El día de Navidad aparece en Roma en el documento llamado Cronógrafo Filocaliano, que data del año 336. Tratándose de un calendario litúrgico, parece cierto que la indicación no sea una simple muestra histórica sino el dato de una fiesta en cuanto se considera que las demás fiestas parten del 25 de diciembre. 


Fuera de Roma, en África, Optato de Milevo (360 A.D.) atestigua que también la adoración de los magos se festeja del 25 de diciembre. 

En Oriente la fiesta del nacimiento comienza aparecer al final del siglo IV. En el año 380 Gregorio Nacianzeno la introduce en Constantinopla. 

Un discurso tenido el 20 de diciembre por San Juan Crisóstomo, en ese tiempo sacerdote de Antioquía, nos informa que en el año 386 se celebra por primera vez la Natividad en aquella ciudad el 25 de diciembre como fiesta distinta de la Epifanía (del 6 de Enero). 
Pero ¿realmente el nacimiento de Cristo fue el 25 de diciembre? 

El día de Navidad es el 25 de diciembre, cuando se conmemora el Nacimiento de Jesucristo en Belén según los evangelios de San Mateo y San Lucas. Después de la Pascua de Resurrección es la fiesta más importante del año eclesiástico. 

Como los evangelios no mencionan fechas, no es seguro que Jesús naciera ese día. De hecho, el día de Navidad no fue oficialmente reconocido hasta el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad. 

La explicación que históricamente parece más probable es la que considera que la Iglesia asumió una fiesta no cristiana para convertirla en una fiesta cristina; la fiesta del nuevo sol, o sea la Natalis Invicti, como se decía entonces. 


El culto al sol estaba en gran auge por el mitracismo y fue la última gran ofensiva contra el cristianismo precisamente en el siglo IV. La fiesta por excelencia del sol era el solsticio de invierno en cuanto representaba la anual victoria del sol sobre las tinieblas y caía el 25 de diciembre. 

El Cronógrafo señala así el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre en el mismo día que el calendario civil señalaba la fiesta del sol llamada Natalis Invicti. 

De esta manera seguía la política de la Iglesia primitiva de absorber en lugar de reprimir los ritos paganos existentes, que desde los primeros tiempos habían celebrado el solsticio de invierno y la llegada de la primavera. De modo que una fiesta pagana era reconvertida en una fiesta con significado cristiano. 

Inspirada por las Escrituras y por las circunstancias ambientales, la simbología de la luz y del sol como referencia a Cristo fue muy desarrollada y consagrada por los cristianos. Podemos citar algunos textos bíblicos como el salmo 18 "Ha hecho del sol su morada"; "resurgirá para nosotros el sol de justicia" Mal 4, 2: "Vendrá a visitarnos el sol”, símbolo de Cristo. El mismo rezar mirando hacia el oriente, costumbre difundida entre los cristianos en el momento en que se celebraba el nacimiento astronómico del sol, presenta también al verdadero sol: Cristo. 

San Jerónimo, queriendo explicar que el nacimiento de Cristo debe ser celebrado el 25 de diciembre, dice: "Hasta aquel día (25 de diciembre) crecen las tinieblas y desde aquel día disminuye el error y viene la verdad. Hoy nace nuestro sol de justicia". Y San Máximo de Turín (mitad del s. IV) afirma: "Tiene lugar en este día el nacimiento de Cristo vulgarmente dicho el nuevo sol... Con gusto aceptamos este modo de hablar porque con el nacimiento del Salvador resplandece no sólo la salvación del género humano, sino también la luz del sol".

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