Por Ramiro Sampedro.
MARCHA BICICLETAS MARZO 2016:
UNOS DÍAS INOLVIDABLES
Durante los días 21 y 22 de marzo realizamos, como preparación para vivir los días grandes de la Semana Santa, una marcha con bicicletas dirigida a los juveniles por caminos de la Alcarria conquense.
Días inolvidables, en primer lugar porque los elementos de oración y de formación cristiana nos acercaban más al Señor, principio y meta de todos nosotros, y como consecuencia de esa cercanía también a todos los hermanos.
Días inolvidables porque en esa sana convivencia cristiana, uno descubre el gozo que hay al vivir una vida llena de exigencia, donde las virtudes teologales y morales se ejercitan a cada instante, y tenemos esa experiencia que merece la pena vivir como el Señor nos enseña.
Días inolvidables por todas las actividades deportivas, lúdicas, recreativas también, y las experiencias y momentos de sana recreación vividos en una ambiente donde reina el amor a Dios.
Días inolvidables, porque fuimos testigos de excepción de esa Providencia amorosa del Señor durante toda la marcha, que la ha hecho inolvidable... y como botón de muestra unas letras de uno de los responsables que acudía por primera vez a una actividad similar y que como todos descubre que al Señor es imposible ganarle en generosidad y que hay más alegría al dar que al recibir...
Hasta la próxima, D.m., que esperamos que sea en breve...
"Llega el buen tiempo, y las vacaciones: recuerdos del pasado, cuando entonces de niños llegaba sobre todo el verano y nos íbamos al pueblo de vacaciones… ¡qué tiempos aquellos! A parte de otros muchos más recuerdos, que gracias a estos días de ruta en bicicleta por la alcarria conquense me llevaron a tiempos de antaño. Ver a esos niños disfrutar encima de una bicicleta, por esos caminos con algún que otro charco de agua, algunos los podíamos esquivar otros no y otros nos gustaba pasar por encima de ellos, que gran maravilla, nos regaló Dios en estos días. También dar gracias a Dios por tener en un pueblecito tan pequeño y a la vez con un gran encanto, el polideportivo cubierto, digo esto porque empezó a caer agua, mejor dicho a diluviar, y se pudo jugar varios partidillos.
Sin olvidar el buen recibimiento que recibimos en La Ventosa por parte de una familia, al igual que en la Peraleja y en Chillaron.
Pero sobre todo me quedo con: el compañerismo que había entre los chicos, lo que disfrutaron, no había discusiones, sino alegría… ¡que buen comienzo de Semana Santa!
Yo pienso que al ver disfrutar tanto a esos chicos, yo personalmente disfrutaba aún más, y sin olvidar a mis compañeros que la cara es el espejo del alma.
Pero lo mejor de todo fue la barbacoa del último día. ¡No sé si era el hambre o lo bueno que todo estaba, yo creo que las dos cosas.
Por cierto y se me olvidaba, dar las gracias a todas aquellas personas que participaron de forma directa e indirecta en esta experiencia que hicieron posible disfrutar estos días inolvidables".
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