domingo, 25 de noviembre de 2018

El retiro mensual




EL RETIRO MENSUAL EN LA VIDA DEL CRISTIANO



¿En qué consiste un retiro? ¿Qué es? 

1º En primer lugar es un alto en el camino de la vida…, o mejor dicho en el camino hacia la eternidad

Una pincelada destinada a perfeccionar la imagen de Cristo en nuestra vida, que debemos seguir, imitar, copiar, reproducir, vivir, “hasta que lo reproduzcamos exactamente en nosotros”. Ahora bien, dado que un cuadro, como este, nunca está terminado, sino que exige continuos retoques, el modelo deber ser estudiado en sus más mínimos detalles, si se quiere reproducir a la perfección. 

3º Es un baño de fervor, del cual necesitamos para purificar nuestra alma, excitar nuestro sentimientos, reanimar la voluntad y reanudar nuevamente la lucha. 

4ºEs un balance de nuestra vida cristiana, bien o mal… adelanto o retraso… ganancia o pérdida… 

Pero, para qué nos retiramos con el Señor… 

1º Para confirmar y adelantar nuestros propósitos de vida cristiana. Todos los buenos propósitos, el camino emprendido en la vida de todo cristiano, sin estos días mensuales al menos de retiro, tienen asegurado el fracaso, porque quien no tiene el valor de desprenderse de renovarse, de rehacerse se entibiará y transcurrirá el año en una deplorable mediocridad. En los retiros, movilizamos nuestras fuerzas para “tomar las trincheras” si las hemos perdido, o para reafirmarnos sin nos encontramos en pie. El alma más perfecta no puede adelantar en la perfección, sin este frecuente entrar “en sí mismo” en la compañía del Señor. 

2º Para procurarnos luces que nos iluminan en nuestras debilidades, descubren los peligros, examinan las faltas, las negligencias. Son un estímulo para la voluntad, alentándola y reforzándola, dado que el esfuerzo continuo amaina su vigor y decae. Son un medio eficaz para contrarrestar la fatiga y el cansancio, y fortificarse en las propias resoluciones. 

Sin el retiro el fervor languidece, la generosidad disminuye, la vigilancia cesa, la disipación, la irreflexión, la languidez, presto nos domina; comienza la tibieza, reaparecen las desilusiones, el alma presa del desaliento, se detiene, mira atrás y el derrumbe comienza. 

4º Porque queremos conocer el Amor de Dios, y queremos que transforme nuestro corazón… para hacerlo semejante al suyo, y eso se consigue de forma primordial en los ratos largos de retiro con el Señor. 



Y como siempre…. Objeciones. 

Como se trata de realizar un esfuerzo, solemos multiplicar las objeciones, muy razonables todas, pero que solo encubren una inconcebible villanía en la vida espiritual. 

¡Qué fastidio!, Si con los ejercicios anuales bastaría…, piensan algunos… Si interrogamos la conciencia vemos que necesitamos comunicarnos con el Señor corazón a corazón íntimamente para perseverar en el camino de vida cristiana

La soledad me abruma. Sin embargo, el silencio es la Patria de Dios, quien no habla sino cuando todo calla a nuestro alrededor. El silencio es “la patria de las almas grandes”

Los grandes hombres son el resultado fecundo del silencio: los santos emergen todos de la soledad donde se compenetraron totalmente con Dios. Quien está siempre “en retiro” dueño de sus facultades, ese sólo lo sabe hacer. 

3º Pero es que ¡NO TENGO TIEMPO! Lo tenéis para comer, para descansar, para arreglarse…, y ¿no lo tenemos para preparar la eternidad? 

4º Pero, ¿para qué, si siempre caigo en las mismas cosillas?…, y precisamente esto sucede porque descuidamos el retiro mensual: porque las resoluciones son vagas y sin eficacia, fáciles en formularse y difíciles en la práctica, y un soplo cualquiera desvanece los propósitos de la mañana. Harto cómodo sería si nos pudiéramos establecer definitivamente sobre las altas cumbres de la santidad cuando las hemos alcanzado. Pero nuestras miserias nos llevan pendiente abajo, y por lo tanto es necesario saber rehacernos y comenzar siempre enérgicamente. A fuerza de decir quiero, se concluye por querer, a fuerza de “decidirse” se convierte uno en ser un decidido, construir un carácter. Todos los años podemos hacer unos ejercicios espirituales, pero un “solo alto” no basta al viajero que atraviesa el desierto, una sola medicina no basta para curar graves heridas, ni unas horas de sueño para restaurar grandes fatigas. El retiro mensual nos facilita ese vigor que anima al alma al viaje hacia la eternidad gloriosa

Vivimos en una época en la que todos los inventos y recursos humanos tienden a satisfacer las exigencias del hombre carnal, a satisfacer las pasiones. Sepamos con valentía ser un carácter ante el deber, obrar contracorriente, puestos los ojos en el cielo, el pensamiento en la salvación y santificación de nuestra alma y la salvación del mundo. 

Esto ha de ser el fruto de todo retiro, inflamar el corazón en el amor de Dios.




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