lunes, 19 de enero de 2015

El Papa Francisco, la Misa más multitudinaria de la historia y la familia


La multitud congregada en el Rizal Park de Manila para asistir este domingo a la Eucaristía presidida por el Papa Francisco nos ha traído a la memoria el inolvidable viaje de San Juan Pablo II y la celebración, justo en el mismo lugar hace ahora veinte años. Filipinas, aun en medio de sus lágrimas y sus dificultades, sigue siendo el pulmón católico del continente asiático.

En esta ocasión han sido entre seis y siete millones de personas, según palabras del Padre Lombardi, el acontecimiento más multitudinario presidido por un Pontífice en toda la historia.

Pero más allá de las cifras multitudinarias, que sin duda son relevantes y muy significativas, lo más importante, como ha señalado el Papa Francisco, es que el Señor sigue llamando de manera individual, habla al corazón de cada uno y nos recuerda nuestra identidad más profunda, que no es sino el hecho de estamos llamados a ser la familia de Dios.

Y ese es un tesoro que tenemos que cuidar y proteger. Es fundamental que protejamos a nuestras familias, las familias más amplias como son la Iglesia, familia de Dios, y el mundo, nuestra familia humana. Lamentablemente, en nuestros días, la familia con demasiada frecuencia necesita ser protegida de los ataques y programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado, a lo más hermoso y noble de nuestra cultura.

Por eso, aun con más motivo a contracorriente, la tarea se torna imprescindible y urgente. Cada niño frágil necesita ser acogido, querido y protegido, cada joven, cada anciano. Porque en el regalo de Dios, que es la familia, nos estamos jugando buena parte del futuro de la sociedad.
Fuente: cope.es

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