lunes, 8 de diciembre de 2014

El camino de la vida nº 8: El hombre honrado aprende de todos con amor


nº 8, por Alfonso González, Médico de familia

EL HOMBRE HONRADO ES EL QUE APRENDE DE TODOS CON AMOR


Dedicado a nuestra Madre, la Stma Virgen Mª
y a todas esas personas que hacen de su vida
una obra de arte del Amor de Dios


  
            “Decíamos ayer”... es decir, en el último artículo cómo el hombre honrado es aquel que aprende de todos con amor... y hoy vamos a intentar tratar un tema que se encuentra en el núcleo de una vida dichosa, que no es otro que la bondad de corazón por decirlo así...


            En esta vida todos hemos tenido la gracia de encontrarnos con gente buena, con gente incluso muy buena... diríase que “se caen de buenos”, pero cuando alguno ha conocido a una persona con un corazón bondadoso no la olvida nunca... y queda prendado de esa elegancia con la que camina por la vida, porque allá donde va embellece el lugar, lo hace mejor, o por decirlo con mucha más propiedad y poniéndolo entre comillas “crea un pequeño oasis en este mundo donde podemos imaginar aquí en la tierra, lo que será El Paraíso”.

            Pero ¿cómo podemos describir un corazón bondadoso? En un amplio sentido de la palabra es un corazón que no consulta el interés, que no espera la orden del deber, que se inclina ante la necesidad cuando la descubre. Pero no es solo ese don de sí mismo lo que maravilla, sino que es una manera de darse con un encanto que disimula el favor, un no sé qué de sencillo, de servicial, de dulce, que hace que uno prefiera esa bondad a todos los ingenios del mundo.

            Uno puede amar, pero otra cosa es amar con ese perfume de la bondad que hace cada acción delicada y sublime, amable y afable, porque no es otra cosa un corazón bondadoso que la sonrisa de Dios para el mundo.

            El alma bondadosa es alma dulce, es la persona que tiene un aspecto encantador con todo y con todos, con una sonrisa perpetua y un irresistible gozo en la mirada, porque su mirar es amar. La bondad es humilde, el alma bondadosa es alma que ha sabido vencerse a sí misma, y a la vez es alegre, con una sonrisa en la que se transparenta el heroísmo. La bondad es esa maravillosa manifestación de Dios en el alma, de tal forma que es capaz de infundir alegría en el sacrificio, la bondad es descanso gozoso porque destila el suave aroma de un corazón que sabemos que podemos acercarnos sin temor, que podemos confiar, porque con delicadeza y dulzura y a la vez con exigencia va a ayudarnos en todo lo que pueda...porque es alma que “vive para los demás”.

            Creo que no me equivoco al decir que una persona con un corazón bondadoso o es santa o lo será pronto.

            Y como lo mejor de todo no se puede contar... la bondad es discreta y silenciosa, porque es esa sublime y a la vez sencilla manifestación de una alma con una belleza interior que nos fascina, que no acabamos de saber definir, porque no hay palabras, pero donde la armonía, la serenidad, la paz y la alegría de una vida equilibrada, coherente, exigente y plena emergen por todos los poros de su piel, y como en un castillo guarda escondido el secreto del tesoro más preciado en donde el motor de todo es el Amor...

            La bondad de corazón hace la vida hermosa, reparte felicidad y acerca al prójimo a Dios porque se encuentra muy cerca de Dios, porque no es otra cosa que expresión sublime del Reinado de Dios en el alma...

            Pero ¿Dios puede llegar a reinar en un alma de esa forma?  ¿Cómo se consigue eso?

            D.m., eso será en otro momento...

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