nº 8, por Alfonso González, Médico de familia
EL HOMBRE HONRADO ES EL QUE APRENDE DE TODOS CON AMOR
Dedicado a nuestra Madre, la Stma Virgen
Mª
y a todas esas personas que hacen de su
vida
una obra de arte del Amor de Dios
“Decíamos ayer”... es decir, en el
último artículo cómo el hombre honrado es aquel que aprende de todos con
amor... y hoy vamos a intentar tratar un tema que se encuentra en el
núcleo de una vida dichosa, que no es otro que la bondad de corazón por decirlo
así...
En esta vida todos hemos tenido la
gracia de encontrarnos con gente buena, con gente incluso muy buena... diríase
que “se caen de buenos”, pero cuando alguno ha conocido a una
persona con un corazón bondadoso no la olvida nunca... y queda prendado de esa
elegancia con la que camina por la vida, porque allá donde va embellece
el lugar, lo hace mejor, o por decirlo con mucha más propiedad y poniéndolo
entre comillas “crea un pequeño oasis en este mundo donde podemos
imaginar aquí en la tierra, lo que será El Paraíso”.
Pero ¿cómo podemos describir un
corazón bondadoso? En un amplio sentido de la palabra es un corazón que no
consulta el interés, que no espera la orden del deber,
que se inclina ante la necesidad cuando la descubre. Pero no es
solo ese don de sí mismo lo que maravilla, sino que es una manera de
darse con un encanto que disimula el favor, un no sé qué de sencillo,
de servicial, de dulce, que hace que uno prefiera esa bondad a todos los
ingenios del mundo.
Uno puede amar, pero otra cosa es
amar con ese perfume de la bondad que hace cada acción delicada y sublime,
amable y afable, porque no es otra cosa un corazón bondadoso que la
sonrisa de Dios para el mundo.
El alma bondadosa es alma dulce, es
la persona que tiene un aspecto encantador con todo y con todos, con una
sonrisa perpetua y un irresistible gozo en la mirada, porque su mirar es amar. La
bondad es humilde, el alma bondadosa es alma que ha sabido
vencerse a sí misma, y a la vez es alegre, con una sonrisa
en la que se transparenta el heroísmo. La bondad es esa maravillosa
manifestación de Dios en el alma, de tal forma que es capaz de infundir
alegría en el sacrificio, la bondad es descanso gozoso porque destila
el suave aroma de un corazón que sabemos que podemos acercarnos sin temor, que podemos
confiar, porque con delicadeza y dulzura y a la vez con exigencia va a
ayudarnos en todo lo que pueda...porque es alma que “vive para los
demás”.
Creo que no me equivoco al decir que
una persona con un corazón bondadoso o es santa o lo será pronto.
Y como lo mejor de todo no se puede
contar... la bondad es discreta y silenciosa, porque es esa
sublime y a la vez sencilla manifestación de una alma con una belleza
interior que nos fascina, que no acabamos de saber definir, porque no
hay palabras, pero donde la armonía, la serenidad, la paz y la alegría de una
vida equilibrada, coherente, exigente y plena emergen por todos los poros de su
piel, y como en un castillo guarda escondido el secreto del tesoro más preciado
en donde el motor de todo es el Amor...
La bondad de corazón hace la
vida hermosa, reparte felicidad y acerca al prójimo a Dios
porque se encuentra muy cerca de Dios, porque no es otra cosa
que expresión sublime del Reinado de Dios en el alma...
Pero ¿Dios puede llegar a reinar en
un alma de esa forma? ¿Cómo se consigue
eso?
D.m., eso será en otro momento...
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