miércoles, 29 de mayo de 2019

Veni, Sancte Spiritus






“Le pedimos al Espíritu Santo que doblegue en nosotros lo que es rígido, particularmente la rigidez de la soberbia; que caliente en nosotros lo que es frío, la tibieza en el trato con Dios; que enderece lo extraviado, porque son muchos los apegamientos terrenos, el peso de los pecados pasados, la flaqueza de la voluntad, la ignorancia de lo que en tantas ocasiones sería más grato a Dios… De aquí provienen los fracasos y debilidades, los cansancios y derrotas. Por eso le pedimos en nuestra oración que arranque de nuestra alma el peso muerto, resto de todas las impurezas, que le hace pegarse al suelo (…); para que suba hasta al Majestad de Dios a fundirse en la llamarada viva de Amor que es Él” 

San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 92.







“Camino seguro de humildad es meditar cómo, aun careciendo de talento, de renombre y de fortuna, podemos ser instrumentos eficaces si acudimos al Espíritu Santo para que nos dispense sus dones”. 

San Josemaría Escrivá, Surco, n. 283.




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